Tú ya no eres tú.
Eres el recuerdo
de quien yo creí que eras
cuando te asomaste a mi vida.
He olvidado tu mirada enfurecida,
los carrillos apretados,
sellados los labios .
He olvidado el castigo de tu silencio,
el vacío de tu abrazo,
el paredón de tu espalda.
Desde la nube de mi recuerdo,
siempre te acercas a mí sonriente.
Me extiendes tu mano.
Me regalas el beso, el abrazo.
Todo.
Yo soy esa, la que está detrás de la nube.
La que recobra al padre que la ama.
Lo bueno del recuerdo es que, pasado el tiempo, uno puede seleccionar lo que quiere recordar según sean los filtros que la vida va imponiendo.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias por leer y comentar Mónica. Abrazo
ResponderEliminarEse manto de piedad, tal vez tan necesario para sobreivivir, olvidar lo que hizo daño y recordar lo bueno.
ResponderEliminarUn beso enorme Mar
Sí Vivian.Gracias por leerme y comentar. Un besote!
EliminarHay cosas que es mejor olvidar.
ResponderEliminarGracias por leerme Tracy. UN abrazo, Mar
ResponderEliminarLos malos recuerdos es mejor olvidarlos, pues pueden seguir arañándonos siempre. Quedarnos con lo bueno que fué o que soñamos que fué, creo que nos aporta más felicidad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una vez más, gracias por leerme Pepe! Un abrazo.
EliminarYo también soy esa, la que está detrás de la nube. Gracias por compartir tu sentir
ResponderEliminarOh, Chelo, amiga, gracias a ti por leerme y comentarme y compartir, también tú, tu sentir. Besos.
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