sentí celos de la perra
que tenía tu ternura y
tus palabras de consuelo
no pasa
nada todo está bien preciosa
imaginé tu mano en mi piel
y mis ojos escuchando
una sarta de mentiras
no pasa nada todo está bien preciosa
como perra abandonada
me hubiera dejado querer
Triste y dura, Mar. Implorando caricias, aunque estas fueran fruto de mentiras y de amor fingido. La necesidad de sentirnos amados es capaz de ponernos vendas en los ojos. Me ha encantado, como siempre.
ResponderEliminarGracias por leerme y comentar. Me alegro de que te gustase. Un abrazo Jose!
EliminarPreciosa aunque dura, muy dura.
ResponderEliminarHola Tracy, gracias por leerme! Abrazo
EliminarMe ha encantado, me quedo por aquí leyendo un poco más.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Inma. Un saludo!
EliminarQue bonito tu blog Te dejo un abrazo
ResponderEliminardesde
Miami
saludos
Gracias por leerme... desde Miami!!!! qué ilusión!
EliminarQué bellas palabras y que verdad me parecen, como brotando de dentro.
ResponderEliminarMuchas gracias por las tuyas.
Gran abrazo.
Muchas gracias Isabel por pasarte a leerme y comentar. Brotaron de dentro, bien observado. Un fuerte abrazo!
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