Empecé a hablar muy tarde, casi con tres años. No sé si estaba fascinada o aterrorizada
por lo que veía, o bloqueada porque quería hablar de manera perfecta desde la primera palabra. El
caso es que por algo un vecino amigo de la familia comentaba: “esta niña es
muda”.
Cuando me decidí a hablar cogí
carrerilla y no paré. Empezaron los castigos y de los primeros que recuerdo fue
el de haber sido atada a una silla y amordazada por mi maestra a la tierna edad
de cuatro o cinco años, en pre- escolar. Poco a poco aprendí a ser buena y los
castigos ya se limitaron a las copias de 100, 200, 500 veces del consabido “No hablarás en clase”.
En el colegio aprendí francés que era la lengua extranjera que se enseñaba
entonces; el catalán estaba prohibido por el régimen dictatorial del momento y en casa no se hablaba pues mi madre, asturiana, nunca lo aprendió y mi padre se avergonzaba de
su malísimo catalán (Su madre nunca se lo enseñó pues mi abuelo, gaditano, no
quería que se hablara catalán en casa). Yo sabía del catalán por alguna amiga y
supongo que porque lo oía aquí y allá en la calle; pero poco más.
Fue ya en la adolescencia, en los albores de la democracia cuando llegó la
tercera lengua para mí, el catalán. En el primer año del instituto aún no sabía catalán, pero en el instituto “Maragall”
ya se oía mucho en los pasillos y en las aulas y cuando había reuniones de
estudiantes, discusiones de clase o asambleas, éstas eran en catalán. En alguna
reunión de esas se me pidió que hablara en catalán y no sé si fue entonces o
más tarde, cuando me llamaron “castellanufa”. En fin que como consecuencia de eso, lo único
que consiguieron es que yo no quisiera hablar catalán. Hasta que en segundo de
BUP, lo conocí a él, “ l’home dels ulls blaus” , un catalán de familia
catalana, amante de Cataluña, sus tradiciones y su cultura. Me enamoré de él al instante y aprendí catalán para
conquistarlo. No tardé mucho, supongo que porque ya había estado expuesta a
muchas horas de este idioma. Al año siguiente empecé a dedicarle poemas de amor
escritos en catalán, por supuesto, a base de diccionario pues no tenía ni idea
de ortografía. Mi primera profesora de catalán (ya se había legalizado su
enseñanza) se enteró, no sé cómo, y me sugirió que le enviara alguno a Miquel
Martí i Pol a ver qué opinaba. Este poeta catalán de un corazón inmenso se
dignó a leerlos y a escribirme dos cartas hermosísimas en las que me
recomendaba, tras haber leído mis poemas en catalán y en castellano (le envié
muestras de ambos), que volviera al castellano ya que eran de mejor calidad.
También me hizo una gran recomendación que a veces olvido: “nunca quieras
contarlo todo en un poema”. No hablo muy bien catalán y lo escribo peor pero me
parece una lengua bellísima. Quisiera añadir aquí, que en Asturias (tierra de
mi madre) a veces me dicen que tengo acento catalán (¿?)… también que hubo algún
asturiano que me llamó despectivamente “la
catalana”. O sea, que me han llamado “catellanuza” y “la catalana” ; ironías de
la vida.
A finales de COU, dos años después, cuando estudié por vez primera algo de
literatura catalana y me apasioné por Salvat-Papasseit, me presenté a los
Premios de San Jordi. L’home dels ulls blaus me lo había prohibido
rotundamente. No quería que compartiera los versos que a él le dedicaba, o le
daba vergüenza, no sé… Sé que me sentí aprisionada, amenazada, acorralada y que
me rebelé como una fiera y presente mi poema de amor dedicado a l’home dels
ulls blaus. Gané el segundo premio. El chico me lo perdonó en seguida pues vino
a buscarme ese mismo día con un ramo de margaritas. Sin embargo, nunca dejó de
maltratarme, intentando cortarme las alas, acotarme el discurso, bajarme la
voz, silenciarme… Cuando se enfadaba se estaba horas sin hablarme… su silencio
era el peor de los castigos y él lo sabía… me enfurecía, me volvía loca…
El inglés llegó más tarde, después de un viaje a Londres adonde fui para
abortar pues aquí estaba prohibido. En aquel viaje no pude hablar con nadie, a
no ser con las enfermeras y médicos que se dirigían en español a las españolas…
desafortunadamente éramos unas cuantas. A los dos meses empecé a estudiar
inglés en el Instituto de Estudios Norteamericanos. Yo acababa de cumplir 18
años.
Lo demás, ya lo sabéis. Estoy licenciada en Filología Española e Inglesa, carrera de la cual me enorgullezco
especialmente pues yo ya tenía tres hijos y madrugaba un montón para poder
hacer las lecturas y los trabajos, aparte de ir a las clases, trabajar y
atender a mi familia. Me licencié en 2002.
En el futuro me gustaría aprender italiano y suajili… Pero no de momento;
no es el momento.
Más jueves sobre idiomas en la casa de Juan Carlos
Esto es querer entender y querer que la entiendan a una. Esa voz, tu voz, no han podido callarla. Me ha gustado mucho esta biografía lingüistica.
ResponderEliminarBesos Mar.
San que bien tenerte por aquí! Sí siempre he tenido ese afán por entender, que entiendan y... que me acepten y me quieran ;) Besossssssssssssss
EliminarMe has emocionado mucho con tu biografía lingúistica, porque en ella aprecio lucha, voluntad de superación personal, afán por hacerte entender, rebeldía ante situaciones injustas, ganas de caminar y seguir adelante. Te diré que aunque mi idioma es el español cuando leo y escribo, cuando hablo me siento orgulloso de hablar en andaluz que es, según muchos lingüistas, un hermoso dialecto del español. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarMás abajo mi respuesta a tu comentario Pepe querido
Eliminaraggggggggggggggg te he respondido cuatro o cinco líneas y se ha borrado!!!! Bueno, al grano, que me encnata el andaluz, que mi abuelo era de Cádiz y ceceaba que era un gustazo escucharle. Que gracias por leerme y por comentarme tan detenida y sentidamente. Me anima un montón! UN fortísimo abrazo Pepe
ResponderEliminarOstras Mar me dejas de piedra ... muchos de tus sentimientos sobre el castellano y la lengua catalana son parecidos a los mios .... tal vez nunca debimos dejar de estar en contacto . Un beso me ha encantado leerte .
ResponderEliminarNuria, me alegro de tenerte por aquí, qué bien que nos hayamos reencontrado! es que vivimos lo mismo en el colegio, jeje Besos
EliminarMe ha encantado tu historia. El amor hace milagros amiga mía.Ya me acuerdo de las prohibiciones de enseñar el catalán. Ahora hemos vuelto a las prohibiciones, que le vamos a hacer.
ResponderEliminarUn abrazo
¿Qué prohibiciones? ¿En cuanto a las lenguas? Yo no las sufro, ya me contarás. Un abrazo Carmen, espro que te esté yendo bien con tu novela.
EliminarHe quedado impresionada entre el paralelismo de la prohibición impuesta .desde el pre escolar donde te ataron y amordazaron!- pasando por la prohibición de hablar catalán o presentarte a un concurso. El tema del aborto al final, consecuencia de una sociedad tan hipócrita como machista.
ResponderEliminarGracias por compartir tus recuerdos.
=)
Gracias a ti por leerme Mónica y por comentarme. Es un placer para mí compartir los recuerdos. Me hubiera gustado escribir un relato que tenía medio planteado pero no me llegó el tiempo. Un beso
EliminarEs curioso que en tu infancia y tu adolescencia tuvieses experiencias tan traumáticas: una maestra cruel, unos compañeros de clase poco empáticos, un novio machista y al final un trago amargo que no se lo deseas a nadie!
ResponderEliminarI cómo de todas estas experiencias sacaste un gran amor por las lenguas que hablas? Yo creo que si hubiera vivido lo que tú no hablaría ni catalán ni inglés. Y el español me lo habría guardado para la intimidad, sería una mujer tímida. En cambio tú, de todas sacaste el placer de aprenderlas y usarlas. Tiene mérito.
Oh, qué bien me hace sentir esto Belén! Tus comentarios son siempre larguísimos, gracias por extenderte. Un abrazo.
EliminarTu escrito es vida pura puesta en letras! Todo un transcurrir con momentos bastante complicados, que en definitiva te traen a un futuro donde primó la lucha, la voluntad férrea, las ganas de no dejarse amedrentar con nada ni por nadie.
ResponderEliminarDigna de admiración en verdad. Además lo has compartido con nosotros, lo que tiene su mérito, porque evidencia el orgullo por lo superado y lo alcanzado, como debe ser!!
Un beso!
Gaby*
Me alegra que me veas así Gaby, pues yo no me veo la voluntad férrea de la que tú me hablas. Y me enorgullezco de algunas cosas sí; de haberme escrito con M Martí i Pol y de haber estudiado y acabado con muy buenas notas mi segunda carrera ya siendo mami de tres nenes.
EliminarUn besote Gaby, gracias por pasarte a leerme y comentarme.
Encantado de haberlo leído. Te conozco más y valoro mucho el mod en que lo cuentas, creo que con una honestidad absoluta. Dijiste que no era un relato y ... ¿yo qué sé? Lo que sé es que me gusta leer historias como la que cuentas. No entro en detalles porque escribiría mucho y mejor lo dejamos, a ver si en algún encuentro juevero comentamos tantos aspectos que me han llegado.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por participar, por volver a los jueves. Besos.
Ah, por cierto, tu blog en suajili se llamaría Moments ya mwanga na bahari y en italiano Momenti di luce e di mare (según el traductor de google y tradukka, respectivamente).
EliminarOhhhh, gracias!
EliminarTienes razón, a veces me comentan alguna ficción o poema como vivido y no lo es. Un placer asomarme de vez en cuando a los jueves y que me dejéis, aunque sólo sea de vez en cuando. Besosss
EliminarEn noruego Lys og havs øyeblikker. Se pronuncia /lisojaf oeyebliquer/
EliminarUna bella autobiografía sobre tu vida y los idiomas que la atravesaron. Me gustaría poder hablar tantos idiomas, pero solamente manejo inglés y español. Admiro a quienes pueden hacerlo, ya que debe ser fabuloso poder comunicarse con tantas otras personas de distintos lugares del mundo en sus idiomas naturales.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Sindel. Bueno... yo sólo hablo uno más, el catalán. Me olvidé de hablar francés; entiendo mucho, pero no lo hablo ni leo nunca en francés. Yo también admiro a los que hablan muchas lenguas. Un abrazo.
EliminarSupongo que las idiomas no son solo las que aprendemos. Tenemos necesidad de comunicarnos y hay un idioma complicado el de la vida que nos toca, saber vivirla es lo importante... ¿Suajili? , eso es un reto, ¿no?
ResponderEliminarEs curioso, yo también me he sentido a veces identificada con tu idioma, tan lejos y tan cerca ;)
Besos!!
Matices, saber vivir la vida, hablar su idioma es sin duda la más complicada de todas las lenguas. Desde dónde escribes?
EliminarDesde Sevilla...
EliminarEse segundo comentario venía más al caso con lo que comentaste en mi blog sobre el silencio.
Querida Mar: todo este gran pedazo de vida que nos has regalado, merece todo mi respeto y admiración.
ResponderEliminarGran mujer de melena embrujada....
besos (tu acento catalan es precioso, lo se)
Gracias guapa. Sobre todo por el piropo a mi melena ;)
EliminarBesosssssssssssssssssss
Todo un completísimo curriculum, lleno de referencias y emociones. Te envidio tu inglés y comparto (con limitaciones) nuestro catalán. Pero lo que me ha dejado de una piedra es que tengas unas cartas de Marti i Pol contestándote a tus poemas. Conocí a una persona de Roda de Ter que le llevó un libro suyo para que me lo dedicase y Miquel murió esa misma semana, nunca recuperé el libro, ya no era lo mismo. ¿Me enseñarias algun día esas cartas aunque fueran fotocopiadas? De lo del suajili ya hablaremos otro día. Besos
ResponderEliminarClaro que sí.Las busco y te fotocopio y envío. Besossss
EliminarMe ha encantado eso de contarnos tu vida a través de los idiomas o lenguas, es genial, puede que sea porque yo nací en cataluña de padres andaluces y allí se reían de mi forma de hablar y cuando vine a Sevilla con 9 añitos se reía por lo mismo pero al revés!!! que curioso verdad?, a ti se te quiere nada más se te conoce un poquillo chiquilla, jajaja, oye y es asturiano?, no lo sabes hablar?, a mi me encanta su sonoridad, creo que la culpa es de Victor Manuel, jejeje, miles de besosssssssssssssss
ResponderEliminarjajajajaj susurros, qué simpática! El asturiano se decir cuatro cosas, nada más y cuando voy allí se me pega el "cantarín". Besosssssssssssssssssss
ResponderEliminarQué historia más interesante la de tu vida así contada! Una historia de tesón por superar todas las prohibiciones que te imponían por todos lados.
ResponderEliminarCreo que es la primera vez que te leo, espero que sigas participando