NO
regalarte las dos palabras mágicas en las que quise
creer,
aquellas
que tanto necesitabas,
musitártelas con los ojos,
abiertas las puertas hasta el centro de mi
alma,
invitarte a pasar, dejarte yacer ahí…
Pero sé que en vano esperaría a que me amaras,
sé que no me nombrarías,
que cerrarías tus ventanas…
Y no quiero perderme de nuevo.
Esa sería la peor pérdida. Un abrazo, Mar!
ResponderEliminarUn no, es una victoria a tiempo.
ResponderEliminarNo siempre es bueno decir lo que se quiere decir, un no a tiempo evita !tantas cosas!
ResponderEliminarBello Mar.
Besos.