martes, 19 de abril de 2016

¿QUÉ HABRÁ SIDO DE ELLOS?


Es otoño y sin embargo el sol abrasa. Sólo los árboles prácticamente desnudos y montones de hojas secas a lo largo de las aceras constatan lo avanzado de la estación. Jaime y Montserrat se dirigen en un impecable Mercedes dorado a casa de los padres de él, como casi todos los domingos del año desde que tuvieron hijos. Ahora los hijos casi nunca les acompañan. En la radio Jaime ha sintonizado una cadena que está poniendo música de los 60 y entonces, inesperadamente, suena una canción que le lleva a su juventud, treinta y tantos años atrás, cuando el pelo todavía le cubría la frente y no necesitaba de gafas para disfrutar de la belleza de las mujeres.

−¿Te acuerdas de este grupo, mami? –sonríe y le pregunta Jaime a su esposa mientras    conduce relajadamente.  


−No. –Contesta Montserrat apática, con la mirada perdida.


−Sí, mami, “Los Desalmados”−dice mirándola de reojo. Jaime chasca la lengua y sacude la cabeza −¡Anda que no ha llovido! ¿Qué habrá sido de ellos?


−Estarán ya muertos. –dice sin mirarlo, sin apenas mover los labios.


−¿Estamos positivos hoy, eh? 


−No empieces –responde Montserrat sin apartar la vista del horizonte. –Hace tantos años…


− Si es que mami, ¡siempre estás negativa!. ¡Que no son tan viejos, hostia! ¡Pero si eran de nuestra edad! Yo creo que se habrán separado y ya está.


−Tampoco eran para tanto.


− ¡Joder! ¡Esta sí que no me la esperaba! Pero si te encantaban... ¡Anda que no eran buenos! ¿No te acuerdas de cómo nos gustaban sus canciones? ¿Y cuando fuimos al concierto? ¡Cómo gritamos! Nos sabíamos todas sus canciones. Y tú estabas preciosa. Llevabas aquella minifalda roja que me volvía loco. 


−Yo nunca tuve una minifalda roja. Nunca tuve una minifalda. Mi padre me lo tenía prohibido.


Cuando la canción llega a su fin, Montserrat mira de reojo a su esposo. Éste se ha recolocado en el asiento y agarra con fuerza el volante; parece impaciante por adelantar al coche que tienen enfrente. Montserrat se gira hacia él y comprueba cómo aprieta la mandíbula. Con una mirada desafiante le lanza una pregunta de la que ella bien sabe la respuesta: 

−Jaime, ¿qué ha sido de nosotros?

2 comentarios:

  1. Ay Mar...que texto mas conmovedor has dejado...No sabes cuantas veces me pregunto eso cuando miro a mi esposo...y no es que no nos vaya bien..es que parece que ya no somos nosotros..nos convertimos en nuestros padres, esos seres que casi nunca podíamos entender en la juventud...que habrá sido de ellos?
    Este día trataré de encontrarlos de nuevo...besoss

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  2. Hola. Gracias Diva por leerme y dejarme comentario. Te entiendo. Me agrada que el texto te haya llegado. Espero que para bien. Un abrazo

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