−Maldita primavera −gritó mirando al cielo, acusándolo desafiante, enseñando los dientes como un
perro rabioso a su agresor. No tienes otra cosa que hacer que joderme? ¿No
puede ser en otro momento?
−¿Qué pasa Edu?
−Levanta, anda, que no te enteras,
Robert. Está lloviendo. Nunca dan una
los del tiempo… Bueno yo me largo antes de que esto se ponga feo.
Edu, rostro ajado por el sol y el
frío, alto y corpulento como un buen pívot de básquet, empezó a recoger
sus bártulos. Era muy organizado y
ordenado, no le llevaría nada recoger las cuatro cosas que tenía fuera del
carrito y de la bolsa de deporte que siempre llevaba a cuestas consigo. Plegar la manta, el saco y la tumbona,
recoger el transistor y poco más. Y listo para empezar la migración hacia el único
lugar del parque donde podían dormir tranquilos sin mojarse, donde se a techaban cuando llovía con moderación, el
alero de la estructura del punto verde que el ayuntamiento había construido
allí, en su parque.
−¡Bendita primavera! –dijo Robert −ya era hora de que lloviera y
lo limpiara todo.
Más primaveras en casa de Lucía
Me ha parecido tannnnnnnn bonito....
ResponderEliminarGracias por escribir el lado de la primavera que pocos quieren ver. Tus letras estan llenas de ternura, las senti en la piel...y en el alma, Robert sabe lo que en realidad es importante para el.
ResponderEliminarUn lujo para mi leerte.
Abrazos amiga.
Las lluvias primaverales puede ser tan molestas. Incluso desesperantes. Pero las lluvias invernales pueden ser peor.
ResponderEliminarBien planteado.
Difierooo, Demiurgo.....las lluvias sonnnnn adorables...asi como el escrito de Mar...que me gusta el mar mas cuando llueve en la orilla,...besosss
ResponderEliminarLo que para unos puede ser algo muy desagradable a otros en cambio les gusta, es cuestión de las gafas que tengas puestas ese día....
ResponderEliminarA pesar de su aparente sencillez, da mucho para pensar en la forma de afrontar la vida en general.
Soy de las que dicen que la primavera se lleva por dentro, y en esas circunstancias, adaptarse con entusiasmo a las molestias de la lluvia, bien puede ser parte de la aventura.
ResponderEliminarUn abrazo
Nunca llueve a gusto de todos pero es que nos quejamos por inercia.
ResponderEliminarBendito el invierno que hace resurgir a la primavera.
Me gusta la lluvia. Igual en primavera que en invierno. Me gusta disfrutar de los colores del otoño y odio el verano.
Hay que saber disfrutar de todo.
Un beso enorme.
Esta claro que no siempre llueve a gusto de todos, para lo que a unos es un contratiempo, para otros es una aventura.Bonito relato, besos.
ResponderEliminarEsta claro que no siempre llueve a gusto de todos, para lo que a unos es un contratiempo, para otros es una aventura.Bonito relato, besos.
ResponderEliminarLos dos con la misma necesidad, con la misma penuria y sin embargo, ante el mismo hecho, la aparición de la lluvia, dos posturas ante la adversidad. El uno maldiciendo la primavera que lo obliga a guarecerse de la lluvia, el otro cargado de positividad alabando en esa lluvia su capacidad de limpiar la atmósfera.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Creo que él puede hasta disfrutar de la lluvia primaveril... diferentes maneras de enfrentar la vida y sus circunstancias.
ResponderEliminarUn beso.